martes, 23 de octubre de 2018

Origen de la Castañada

Es difícil determinar con precisión el origen de la tradición. Desde el paleolítico, la castaña y la bellota habían formado parte de nuestros hábitos alimenticios. Más tarde, con la expansión del cultivo de castaños por los romanos en la Península, su fruto se convirtió en la base de nuestra alimentación, bien fuera como fruto seco, bien fuera seco o De aquella época datan los ritos paganos y las fiestas que coincidían con la recogida del fruto y servían como agradecimiento a los dioses por la cosecha recibida. Los orígenes más próximos de la tradición de la Castañada la vinculan a finales del siglo XVIII y demolido para hacer harina.
Derivan de los antiguos banquetes funerarios en los que no se servían otros alimentos que legumbres, frutos secos y panecillo votivos que darían lugar a los panellets. El banquete tenía un sentido simbólico de comunión con el alma de los difuntos: asando las castañas se rezaban las tres partes del
rosario por los difuntos de la familia.  

Hay otra versión más práctica del inicio de la tradición relacionada con los campaneros. A finales del siglo XVIII, estos debían pasar la noche de Todos los Santos haciendo sonar las campanas de todos los campanarios de los pueblos y villas. Como era una tarea dura y ardua, eran ayudados por amigos y familiares. Y para aguantar toda la noche, debían alimentarse con una comida energética: castañas, boniatos y panellets, regado con moscatel para soportar bien el frío de la noche.

Celebrando la Castañada
La noche de la Castañada empieza preparando una hoguera y, una vez se han conseguido las brasas, se coloca sobre ellas un cilindro metálico con agujeros en su base (actualmente se pueden preparar al horno). Sobre ese recipiente se extienden las castañas a las que previamente se les ha realizado un corte en un extremo para que no salten o exploten. Una vez asadas, solo es necesario pelarlas y comérselas. Además, en las mismas brasas podemos asar los boniatos.

Por otro lado, durante la tarde (si no los hemos comprado en el supermercado o en una pastelería) podemos preparar los panellets. Se elaboran con una masa dulce hecha con  azúcar, almendra cruda molida, huevo y ralladura de limón, para que tengan una textura más esponjosa. Por el exterior se recubren con clara de huevo, que hace de adherente para colocar una capa de piñones. El conjunto se hornea y se deja enfriar. Estos serían los más tradicionales, pero actualmente podemos encontrar una gran variedad de ellos: de coco, de chocolate, de café, de membrillo, etc.
Y tan solo queda sentarse a la mesa con una botella de vino dulce moscatel y a disfrutar de la velada.
La Castañera es el personaje que simboliza la tradición de la Castañada y que todos los niños esperan los días previos a la fiesta. Suele representarse como una mujer anciana, vestida pobremente y con un pañuelo en la cabeza, ante un asador de castañas para vender por la calle. Lleva una amplia falda forrada con un devantal de cáñamo y lana y en la cabeza luce una capucha blanca de lana, muy larga, que le llega por debajo de media falda y la llevan atada al cuello y la cintura.
Tradicionalmente salían con un horno de barro parecido a una copa y vendían ocho castañas por un “cuarto”, el equivalente a tres céntimos de nuestra moneda.



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